Hacer ejercicio y mantenerse activo deben ser parte de la rutina diaria de todo el mundo. Las personas con FQ de todas las edades, incluidas aquellas con una enfermedad pulmonar, pueden y deben hacer ejercicio. Son muchos los beneficios importantes que las personas con FQ pueden obtener al ser activos y ejercitarse. Recuerde que el ejercicio no tiene que ser algo formal ni tiene que hacerse en un gimnasio. Puede consistir en jugar fútbol con los amigos en el parque.
¡Son tantos los beneficios del ejercicio y de mantenerse activo! Aquí le presentamos algunos de ellos:
- El ejercicio mantiene sanos los pulmones.
- El ejercicio afloja el moco en los pulmones, para poder toserlo más fácilmente.
- El ejercicio produce respiraciones más profundas y hace que el aire pase alrededor del moco en las vías respiratorias.
- El ejercicio (como levantar pesas y hacer flexiones) ayuda a fortalecer los músculos.
- Los ejercicios de estiramiento pueden mejorar la flexibilidad y la postura. Una buena postura ayuda a la persona con FQ a respirar más profundamente.
- El ejercicio que soporta el peso corporal (como caminar, saltar la cuerda, jugar basquetbol y correr) ayuda a fortalecer los huesos y puede prevenir la osteoporosis.
- El ejercicio puede ayudar a mejorar el nivel de energía de una persona.
- El ejercicio aumenta el apetito. Una persona con buen apetito come más comida, es probable que tenga una mejor nutrición y es probable que tenga más energía.
- Una mejor condición física conduce a una vida más larga y más sana en todas las personas, con o sin FQ.
- El ejercicio regular promueve una sensación de bienestar, disminuye el estrés y mejora el ánimo.
Las personas con FQ deben conversar con su profesional de atención de la FQ o terapista físico sobre un programa de ejercicios y actividades que sea apropiado. Recuerde que las personas con FQ necesitan más líquidos y sal si sudan más o cuando hace mucho calor.